Santa vicenta María Instituto hijas de maría inmaculada

Santa Vicenta María

Vicenta María López y Vicuña nació en Cascante (Navarra) el 22 de mazo de 1847. A los diez años de edad dejó su ciudad natal para establecerse junto a sus tíos maternos que vivían en Madrid ocupados, principalmente, en obras de caridad.

Con un programa ambicioso para su época, Santa Vicenta María recibió lecciones de profesores particulares en el propio domicilio y adquirió una esmerada educación.
Junto a sus tíos Manuel María y María Eulalia Vicuña, que habían fundado una casa para acogida y formación de jóvenes sirvientas, Vicenta María descubrió una realidad social que poco tenía que ver con lo que a ella se le ofrecía.

Su profunda fe cristiana y la generosidad de su corazón templado en la espiritualidad ignaciana, la llevaron a buscar la huella de Dios en su propia vida y en las de aquellas jóvenes que de todo carecían.
En 1868, tras una experiencia de Ejercicios que hizo en el Primer Monasterio de la Visitación de Madrid, confirmó su decisión de ser religiosa y dedicarse por entero a dar continuidad a la obra iniciada por sus tíos. En cuatro palabras resumió su propia vocación y su decisión de responder generosamente a lo que Dios le pedía: LAS CHICAS HAN TRIUNFADO.

El 11 de junio de 1876 recibió el hábito religioso de manos del Beato Ciriaco María Sancha y Hervás, dando origen a una nueva Congregación en la Iglesia: las Religiosas de María Inmaculada. Cuando contaba 43 años de edad, en la Navidad de 1890, el día 26 de diciembre atravesó el umbral de la muerte cambiando su oficio de Superiora General de la Congregación por el de la principal protectora de sus religiosas y de sus jóvenes.

El Papa Pablo VI proclamó su santidad con la ceremonia de canonización en Roma el día 25 de mayo de 1975.

Sus restos mortales descansan en la Casa Madre del Instituto. Su espíritu está presente en cada una de sus casas y en los hogares de cada una de las jóvenes que han pasado por ellas.

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